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PERIODISMO EN PIURA EN EL PRESENTE SIGLO

ENRIQUE LÓPEZ ALBÚJAR



Los primeros periódicos en la ciudad de Piura del siglo llevan el sello y luminoso del patriarca de las letras peruanas.


“El amigo del pueblo”


Enrique López Albújar el gran piurano nacido en Chiclayo es tal vez el escritor más completo del Perú. Su pluma huida y rebelde, dulce y ácida, luminosa y altiva, se humedeció en todos los tinteros de los géneros literarios, para dejar en el estrecho y desolado panorama en ese literatura como hitos señeros, no sólo la poesía tentativa, sino también la novela completa, el cuento del ensayo el poema maduro la crónica, la crítica y el drama. Y toda esa producción estuvo siempre teñida de un profundo amor al Perú y a su peripecia social y económica. Sobre todo estuvo y está hechizada de piuranismo. No obstante haber nacido en Chiclayo el 23 de noviembre de 1872, fue en Piura donde creció su espíritu y afiló su pluma. Su padre fue don Manuel López Vilela, natural de Piura y su madre doña Manuela Albújar bravo natural de Lambayeque a los tres meses de nacido fue trasladado la ciudad de Piura donde por una rara coincidencia, fue bautizado en la misma pila donde recibiera idéntico sacramento el héroe Miguel Grau.

 El hecho de que ya en la postrimería de su larga y fecunda vida el gran narrador López Albújar confesara que había nacido en Chiclayo, no enturbia su diáfano y enraizado piuranismo. Y es que López Albújar es una de las expresiones más jerarquizadas del alma peruana. Fue en tierra montubia, Morropón donde el escritor aprendió a deletrear su amor a Piura. Allí su infancia se alimento con los jugos de una patria honda y casi oculta. Y allí también se selló definitivamente su vida con el alma de Piura. Todo el pueblo de su tierra brava está presente ese estilo y en su voz. Toda su polifacética vida está vinculada al drama Piurano. Su trayectoria está enlazada con el sol, la arena, los cantos, la guitarra, el algarrobo, la chicha, los bandoleros, los cholos, las chinas, los amores, las balas y la sangre.


El autor de “Matalaché” fue primero periodista y después literato. Para ser periodista rebelde el año 1904 en la remilgada y copetudo Piura era indispensable ser hombre primero.

Y López Albújar fue primer hombre, para después periodista, escritor y juez.

López Albújar no era hombre de rendiciones. Conjuntamente con el ejerció de su profesión de abogado (se recibió el 11 de mayo de 1904 en la Corte Superior de Piura) siguió colaborando en “El Deber y “La Revista del Norte”. En julio de 1916 es redactor del diario “La Prensa”. Su obra literaria de corte nítidamente social más elevado y conocida es “Matalaché”, cuyo relato se prende con fuego en nuestra narrativa. Es en esta obra, donde exprime mejor las virtudes de su pluma y donde el sol lujurioso de Piura se levanta y quema más alto y más severo. La pasión de la blanca aristócrata por el negro esclavo, en una hacienda Piurana, muchas veces ha sido tema de tentación para filmar una película. Y la calidad mulata del autor, se ha querido ver la novela una especie de revanchismo racial.

Aparte “Matalaché”, sus “Nuevos Cuentos Andinos”, apareció 1929, pueden considerarse como la más alta y madura calidades estilo y de su poder creador. Como cuentista, no tiene rival en nuestro país. Pocos veces se han escrito cuentos están llenos de humanidad tan iluminados de Perú. En “Los Caballeros del Delito”, obra de estudio criminológico sobre el bandolerismo, mezcla debilidad y elegancia sus conocimientos de jurista con sus virtudes de escritor. 

El año 1924 aparece “De mi Casona” que son recuerdos de su infancia en Piura. 

Finisecular, empolvada, altanera, pero llena de injusticias y lodo. También “Calderonadas” del año 1930 es una muestra de su prodigiosa capacidad escritor. Sus obras más recientes son “El Hechizo de Tomaiquichua” en el año 1943 y “Las Caridades de la señora Tordoya” en el año 1955.

El gran escritor piurano murió en Lima en el mes de marzo de 1966. Dejo 10 obras inéditas y una ingente producción periodística.

“El amigo del pueblo”, se llamó su semanario de trayectoria polémica, que surgen 1904, en perenne lucha contra el gamonalismo, el tinterillo y el opulento clero godo. Es la más representativa publicación piurana, de carácter combatido, valiente y con espíritu transformador por la que su autor sufrió persecución y hasta agresiones físicas. Para combatir a “El Amigo del Pueblo” y a su director López Albújar aparece “El Sol”, fundado en 1905 por el Prefecto del Departamento German Leguía y Martínez, de corte conservador.

“El Amigo del Pueblo” era un hebdomadario de cuatro páginas en permanente combate contra los caciques provincianos y en defensa del bienestar público. En su columna escribían Domingo Martínez Luján y José santos Chocano y se reproducían los artículos de don Manuel González Prada. Se evitaron 150 números aparecieron por primera vez el 10 de agosto de 1904. El último ejemplar salió el 19 de febrero de 1908. Entonces gobernaba el civilismo. En 1904 José Pardo asumió la presidencia del Perú. López Albújar escribía el periódico en su totalidad. Y fue tanta la difusión de su prédica que solamente para oponerse es que Leguía y Martínez publicó “El Sol”.  Allí se combatía durante el partido Liberal que tenían López Albújar a su simpatizante en Piura.

 Fue administrador de “El Amigo del Pueblo” don Edilberto Moya, que también escribía. Y colaboraban Eduardo Moscol Valdivieso, Pedro Montero, Pedro Arbulú, Juan McDonal y Víctor Maticorena. En 1906 influyeron los artículos de José Ruete García, quien con festiva ironía tomado el pelo a diestra y siniestra. A pesar de las amenazas pero prefecturales, “El Amigo del Pueblo” que mantuvo un constante línea en la defensa de los intereses populares. Fue una “rara avis” en Piura de entonces.

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